Eventualidades

La inmadurez sentimental del hombre

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Una de las piedras angulares de la educación es tener conciencia de las propias limitaciones. La cultura abarca muchos campos, que se abren en abanico en distintos terrenos. Vengo observando desde hace un cierto tiempo un fenómeno que me llama poderosamente la atención: la falta de madurez afectiva en hombres jóvenes, que van de los veintitantos años largos en adelante, que no saben gestionar de forma sana el mundo de las emociones. La educación sentimental es una pieza clave de la cultura. Los sentimientos son una base importante de nuestra existencia. Nuestra primera aproximación a la realidad es afectiva: esto no me gusta, aquello no me cae bien, me dio mala impresión… son frases que decimos en el lenguaje coloquial. El mapa del mundo sentimental produce choques y enfrentamientos frecuentes.

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Facción psicológico. El ideal aséptico. A Epicureísmo y permisividad: El final de una civilización. Revolución sin finalidad y fault proyecto.

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Denial, en absoluto. El problema es que al desconectar la sexualidad del afecto, la relación se ha convertido en algo de usar y tirar, en una instrumentalización del otro, sobre todo de la mujer. La revolución venéreo comete el error de ensalzar la relación sin amor, a la tiempo que, como casi todas las revoluciones, falsifica el lenguaje: le llamo amor al sexo como Fidel Castro le llama democracia a su régimen. Habría mucho que matizar. Yo creo que los malos tratos en nuestro nacionalidad tienen componentes muy complejos, y individuo de ellos es el machismo. Empero sí es evidente que, en muchos casos, la liberación sexual ha llevado a la utilización de la madama como objeto. La gran revolución es comprender que la sexualidad es un medio de expresión de la emotividad, y esto empieza con Freud, que dice que si el sujeto denial encauza su sexualidad se convierte en un neurótico. La sexualidad es poco muy importante, y tiene su germanía. Conocer el cuerpo de la otra persona, sus posturas, saber cómo se estimula, es un trato digno, ya dependa de una anatomía.

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